Antecedentes
Sábado 16 de Julio de 2022. Hace exactamente 9 días que he estrenado la bicicleta nueva Trek Marlin 7
Los Sábados tengo por costumbre hacer la tirada larga de la semana. Me apetece probar alguna ruta nueva. Abro wikiloc y me pongo a buscar rutas de unos 60-80Km que pasen por el Tibidabo (Barcelona). Veo esta ruta de 75Km d+1000m que encaja con lo que estoy buscando. Leo los comentarios como de costumbre:
Salida desde Terrassa dirección Sabadell para coger el riu Ripoll hasta Santa Coloma, una vez allí atravesamos un poco de casco urbano de Barcelona para dirigimos al Parc de Collserora para coger unas pistas hasta subir al Tibidabo.
Luego para volver vamos por unos senderos y pistas hasta Sant Cugat, lo cruzamos por las calles hasta volver a coger caminos hasta pasar por el hospital de Terrassa, de allí a Mossèn Homs y listo.
Parece un paseo. Cargo el track en mi GPS de Garmin. A las 9.41h aviso a un amigo por Telegram que voy al Tibidabo y le envío la ruta del track. Es importante avisar siempre a alguien cuando te vas solo, por lo que pueda pasar. Toma nota.
Los 5 errores
Primera ola de calor extremo del verano. Se esperan temperaturas máximas de 38ºC. Yo calculo para 75Km unas 3.30h, por lo que cargo un solo bidón de agua de 1L. No se bebe la misma cantidad de liquido en invierno que en verano. Primer error.
Me preparo las cosas para salir. Cuando pongo el pie en la calle, son ya las 10.30h. Muy tarde para salir en pleno verano. Segundo error.
La ruta es facil, así que para sudar lo menos posible, decido bajar el ritmo. Esto alarga la salida hasta las horas centrales y mas calurosas del día. Tercer error.
Al llegar a Barcelona, callejeo en busca de la subida que me lleva al Tibidabo. Llevo 3/5 de liquido en el bidón. Paso por delante de algunos bares donde podría parar a reponer líquido. Pero no me gusta parar en los bares cuando salgo en bici. Así que decido continuar sin parar. Cuarto error.
Subiendo al Tibidabo voy sudando bastante, hace mucho calor. Llego arriba a las 13.15h. Al llegar al Km 46.2, espero encontrar alguna pista ancha que baje hasta Sant Cugat. Debería ser fácil y rápido. Pero me encuentro con una bajada por la sierra de Collserola por una zona de trialeras. No me siento nada cómodo bajando por trialeras. Voy con calas y pedales automáticos por zonas demasido técnicas para mi nivel, con una bici rigida sin tija telescopica, con el sillín a 120cm del suelo. Voy con tanto miedo que decido bajar de la bicicleta y andar. Por aquel terreno tan roto, andar con las zapatillas con calas tampoco es seguro. Sobre las 13.35h paro un momento y llamo a mi pareja para avisarla que voy con bastante retraso.
El GPS se me vuelve loco en aquella zona y me pierdo. Me toca echar marcha atrás por una zona boscosa donde voy solo. Empiezo a ponerme nervioso. En mi mapa mental se supone que debería estar bajando hacia Sant Cugat, pero me encuentro con otra subida. Ya no me queda mucha agua, y estoy tan perdido que ni siquiera estoy seguro de estar siguiendo el camino correcto. Lo cual aún me pone mas nervioso. Decido subir en la bici y pedalear para ir mas rapido. Quinto error.
El accidente
Son las 14.00h. Hago un giro de 180º a derecha por una pendiente bastante pronunciada donde apenas voy a 4 Km/h y me cuesta mantener el equilibrio. Unos pocos metros mas adelante encuentro un pedrusco grande y ancho que ocupa todo el sendero. Decido pasar por encima, sin poner pie a tierra. Tal es la pendiente cuando subo encima del pedrusco con la rueda delantera, que soy incapaz de completar el giro del pedal. Me quedo encima de la bicicleta de pie, completamente parado, con el pedal en un punto donde me resulta imposible sacar el pie de la cala a tiempo.
Cuando intento reaccionar, ya es tarde. Estoy cayendo por mi lado derecho por un terraplen de unos 2m de altura. Por inercia estiro mi brazo derecho para amortiguar la caída. Todo mi peso junto con el de la bici caen encima de mi brazo derecho, que apoyo en el suelo mientras mi cuerpo entero gira por completo 360º con la bici aún unida a mis pies por las calas.

Me encuentro acostado en el suelo boca arriba, bajo unos arboles. Estoy aturdido pero consciente. Miro a mi alrededor. El casco me ha saltado de la cabeza tras impactar con el suelo. La bici está tirada a un metro de mi. Las dos calas se han soltado de los pedales automáticos. Muevo las dos piernas sin dolor. No me he roto nada. El brazo izquierdo también lo muevo sin dolor. Perfecto.
Pero algo no va bien en mi brazo derecho. Trato de levantarlo pero solo se mueve mi húmero. Mi antebrazo y mi mano derecha se quedan pegados al suelo. Como si ya no formaran parte de mi. Siento un dolor terrible como nunca antes había sentido. Me quedo durante 1 minuto pensando en la que has liado, pollito.

Rescate en helicóptero
Acostado en el suelo, tratando de moverme lo menos posible, busco el teléfono móvil en mi espalda. Afortunadamente sigue en el bolsillo trasero de mi maillot y no se ha roto. Llamo al 112 y me atienden enseguida. Tras explicarles lo sucedido, me piden que les envíe mi posición GPS pero no tengo cobertura 4G ni GPS en ese punto del accidente. Les explico que envié la ruta a un amigo antes de salir de casa, y les facilito su teléfono para que intenten contactar con él. Aviso a mi amigo del accidente por Telegram:
| 14.17h: Accidente
| 14.18h: Codo fuera
| 14.18h: Putas calas
| 14.18h: Estoy tirado
| 14.18h: Esperando bomberos
| 14.18h: Igual te llaman
Paso varios minutos retorciendome del dolor y gritando para pedir ayuda. A esas horas no hay nadie por esa zona, nadie contesta. Me saltan las lagrimas de impotencia. Moviendo el teléfono lo que da de si mi brazo izquierdo, intento cambiar su posición para que coja cobertura en algún punto. Milagrosamente el GPS pilla cobertura en un momento dado, y consigo enviar mis coordenadas al Whatsapp que me han facilitado los bomberos.
Me dicen que mandan un helicoptero que tardo poco en escuchar sobrevolando la zona. Estan a unos 400 metros de donde estoy, me estan buscando pero no me localizan. Me llaman al teléfono desde la cabina, y me piden que les guíe. “Un poco a la izquierda, un poco adelante, ¡justo debajo!” Me confirman que me han visto y que regresan al Hospital a por un médico.
Al rato el helicoptero regresa. Sobrevuela a baja altura hasta colocarse justo encima de los arboles que me tapan. El vendabal que se lia en el suelo es terrible. Saltan ramas, polvo, hojas, mi casco sale volando. Yo cierro los ojos. Tiran una polea desde el helicóptero por la que se descuelgan un médico y un bombero. Lo primero que les digo al verles: “vaya huevos tenéis para bajar desde ahi arriba”.
El médico me inyecta sedantes para calmar el dolor mientras el bombero prepara la canasta con la que van a subirme al helicóptero. Me explican que la bicicleta no podrá subir y tendre que dejarla abandonada.
Justo en ese momento, aparece un chico de 17 años que está entrenando por la zona y al ver el helicóptero se acerca por curiosidad. Se ofrece a sacar mi bici de Collserola y llevarsela a un coche de la policía local que se ha acercado a la zona y que posteriormente trasladará mi bicicleta hasta la comisaría de Sant Cugat. Me hace una perdida al movil para poder guardar su teléfono. Mas tarde comunicaré con él para darle las gracias y explicarle lo ocurrido. Él marcha andando con su bici y con la mía.
A mi me cargan en una canasta y me izan hasta el helicoptero con ayuda de una grúa mientras el helicoptero se mantiene suspendido en el aire. Con algunas dificultades por mi tamaño y por las turbulencias que generan los rotores en pleno vuelo, consiguen meterme en la cabina. Desde allí vuelo directo hasta el helipuerto del hospital Taulí de Sabadell. Durante el vuelo no veo nada. Es lo mas cerca que estaré nunca de imitar a Jesus Calleja en “Volando Voy”. Lamentable, lo sé.
Hospital Tauli
Al aterrizar me espera una ambulancia con la que me trasladan de urgencia al hospital. Una vez ingresado, me dejan en un pasillo en espera de ser atendido. Hay mucha gente en urgencias. Dejan entrar a mi amigo, quien pasa mucho rato a mi lado mientras yo pido con insistencia un médico para colocar mi codo en su sitio. Pierdo la noción del tiempo, no sé cuantas horas paso allí, pero son demasiadas.
Al entrar en la visita, me chutan de morfina hasta las cejas y me avisan que va a doler un poco. Dos médicos varones aplican la técnica de reducción cerrada sobre mi codo para intentar recolocarlo en su sitio. Mis gritos de dolor deben escucharse desde lejos. Os prometo que no exagero. Tienen que repetir la reducción por segunda vez, ya que la primera radiografía muestra que los huesos no han quedado bien colocados. Otra vez gritos de dolor. Por suerte durante la segunda reducción el codo queda bien colocado. La alternativa era pasar directamente a quirofano.
Tras colocarme una ferula para inmovilizar la zona, pasadas las 22.00h me mandan para casa. Menuda tarde de Sábado para no olvidar.
Inmovilización
Los primeros 20 días los paso con el brazo inmovilizado, con mucho dolor, un hematoma enorme y una inflamación que envidiaría el mismísimo Popeye. Son dias muy complicados en los que necesito ayuda constante para cualquier tarea rutinaria como cocinar, ducharme, comer, vestirme, atarme los zapatos o acostarme. Afortunadamente cuento con la ayuda de mi pareja en todo momento. Te has ganado el cielo cariño.
Rehabilitación
Tras quitarme la ferula, los problemas no terminan. Mi codo ha perdido 90º de movilidad: 60º en flexión y 30º en extensión. Ni siquiera alcanzo para tocarme la cara con mis dedos. Empastre gordo.
Toca iniciar un proceso de rehabilitación largo, para tratar de recuperar la movilidad perdida.

Tras mas de 50 sesiones con los fisioterapeutas del seguro, algunas mas por privado, y muchas horas en el gimnasio, consigo mejorar mucho, pero no logro recuperar mi codo por completo.
El alta médica
Tras un año vuelvo al traumatólogo para revisión. He perdido unos 5º en flexión y unos 15º en extensión. Tengo dolores crónicos que seguramente me acompañen toda la vida. El médico antes de darme el alta me da la enhorabuena porque he recuperado toda la movilidad y, según dice él, estas lesiones suelen dejar secuelas significativas. Doy fe que así ha sido.
Despedida
Agradecer a todos los que me habéis preguntado por mi estado durante todos estos meses y me habéis animado a seguir con la recuperación. A los bomberos que me sacásteis de Collserola. Al joven ciclista que salvó mi bici. A los dos médicos que realizásteis la reducción de mi codo. A mi amigo por acompañarme en los momentos mas dificiles en el hospital. A mis cuñadas por traerme a casa. Al traumatólogo que ha hecho seguimiento de mi lesión. A todos los fisioterapeutas que de alguna manera me habéis ayudado a recuperar mi movilidad. A mi pareja por todo el tiempo que has dedicado a cuidar de mi. Mil gracias a todos. Unas veces se gana y otras se aprende. Esta vez tocó aprender. Una lección vital que nunca olvidaré.
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