La maquinaria del metal industrial ha vuelto a rugir en Barcelona, esta vez de la mano de la imponente banda alemana Eisbrecher. Desde su formación en 2003, los bávaros han arrasado los escenarios de toda Europa Central con un directo tan demoledor como espectacular, capaz de dejar una huella imborrable en cualquiera que lo presencia.
El concierto se celebra en la Sala Salamandra, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), como parte de la gira Kaltfront Tour 2025. En su segunda visita a la ciudad, Eisbrecher presenta Kaltfront, su nuevo álbum lanzado el 14 de marzo de 2025. Esta gira internacional llevará a la banda por algunas de las ciudades más destacadas de Europa, como Zúrich, Luxemburgo, Eindhoven, Mánchester, Londres, París, Lyon, Toulouse, Hamburgo y Berlín.
Compré las entradas en julio de 2024, sin imaginar que estaba comprando algo más que las entradas de un concierto. Estaba reservando, sin saberlo, el epílogo de una etapa vital. El destino, con su habitual ironía, ha querido que la segunda visita de esta banda a Barcelona coincida con mi segundo concierto para verlos en directo. Y al mismo tiempo, con mi segunda despedida de esta ciudad a la que tantas veces he llamado hogar.
La cuenta atrás ha comenzado. Será una noche inolvidable. Si te gusta el mejor metal industrial europeo, no te pierdas este articulo en el que te cuento como ha sido el concierto de los Eisbrecher. Drei, zwei, eins, feuer!
La Sala Salamandra, situada en L’Hospitalet de Llobregat, a las afueras de Barcelona, es uno de los espacios más emblemáticos de la escena musical en directo del área metropolitana. Fundada en el año 1995, ha acogido durante décadas una programación diversa que abarca desde el rock y el metal hasta la música urbana, el reggae o la electrónica, consolidándose como un referente cultural de carácter alternativo e independiente.
Con una capacidad que ronda los 800 asistentes, la sala ofrece un equilibrio perfecto entre intimidad y potencia. Este aforo permite una experiencia cercana con los artistas, sin renunciar al empuje sonoro y la energía de un concierto de gran formato. La distribución del espacio, con una pista principal amplia y un escenario elevado con buena visibilidad desde casi cualquier ángulo, está diseñada para maximizar tanto la experiencia auditiva como visual.
La calidad acústica de la sala es fruto de una cuidada ingeniería sonora. El tratamiento acústico de las paredes y techos, junto con un equipo técnico profesional y actualizado, asegura que cada instrumento y cada voz se perciban con nitidez y contundencia, incluso en géneros especialmente exigentes como el industrial metal que protagoniza hoy el vibrante concierto de Eisbrecher.
Empieza el concierto Heldmaschine, la banda telonera de la noche.
Su aparición en el escenario, portando potentes focos de luz blanca sobre sus cabezas en plena oscuridad, deja claro desde el primer instante que no están aquí solo para caldear el ambiente. Han venido a demostrar, con autoridad, por qué se han ganado un lugar en la escena industrial alemana.
Con su sonido potente, ritmos marcados y una presencia escénica arrolladora, logran captar la atención del público y convertir la espera en un espectáculo por derecho propio.
No conocía a este grupo antes de esta noche, pero seguiré explorando su música, porque me han gustado mucho.
La banda Eisbrecher, liderada por el carismático Alexander Wesselsky lleva desde 2003 arrasando los escenarios de toda Europa Central con su potente directo. Sin embargo, en España siguen siendo una joya poco conocida, con una acogida aún modesta. Esta es su segunda visita a Barcelona. Me siento afortunado de poder verlos en directo por segunda vez.
Eisbrecher divide el concierto en dos partes. En la primera, intercalan temas muy conocidos de sus antiguos discos con temas del disco nuevo como Kalfront o Waffen, waffen, waffen. Alexander toma un espray y, con gesto decidido, dibuja un grafiti con el símbolo de la paz sobre un cartel donde se lee “Waffen, Waffen, Waffen” (armas). A pesar de la estética marcadamente militar que caracteriza a esta banda, el mensaje es claro e inequívoco: saben bien de qué lado están. El gesto arranca una ovación unánime y los aplausos de todo el público.
En la segunda parte, tiran de recursos mas conocidos para el público asistente como FAKK, Zwischen uns, This is Deutsch, Eiszeit, Was ist hier los o Volle Kraft voraus.
La banda disfruta visiblemente de la complicidad del público y no duda en jugar con nosotros en varias ocasiones: nos invitan a corear mientras suena la armónica, a agitar los brazos al ritmo de la música y a marcar los compases con palmas. La entrega de la sala es total; cuesta encontrar a alguien que no esté completamente implicado en el espectáculo que estamos viviendo.
El concierto cierra con el que para mi es el mejor tema de esta banda: Out of the dark.
El cantante despide uno por uno a todos los miembros de la banda y marcha del escenario con un “hasta muy muy muy pronto!”. Que así sea Alexander Wesselsky: Vielen Dank und bis bald!
Cuando las últimas notas se desvanecen en la Sala Salamandra, las luces marcan el final de la noche. Una sonada ovación inunda la sala. El público, entregado y aún bajo el efecto de la adrenalina, aplaude sin descanso, consciente de haber sido parte de esa energía indescriptible que solo un concierto de Eisbrecher puede generar. Una vez más, la banda alemana no solo cumplió, sino que superó todas las expectativas con su fuerza arrolladora y su impecable puesta en escena.
Salgo de la sala con el eco de sus canciones aún resonando en mi interior, sabiendo que esta noche no solo ha sido un concierto más, ha sido una experiencia que jamás olvidaré. Porque ser fan de Eisbrecher no es solo escuchar su música: es vivirla, sentirla y llevarla siempre resonando en tu interior.
Pulso la tecla ESC, dos puntos wq!
Use the share button below if you liked it.
There's not much you can do without a CPU.