Concierto Abraham Cupeiro

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Introducción

Hoy te propongo un viaje sonoro a través del tiempo, guiado por un músico que resucita sonidos dormidos durante milenios.

Y es que, en un mundo dominado por la música electrónica y las producciones digitales, Abraham Cupeiro aparece como una excepción luminosa: un músico gallego, obsesión por rescatar instrumentos casi olvidados de todas las culturas del mundo, que ha hecho de lo ancestral su bandera, y de lo emocional, su lenguaje. Multiinstrumentista, constructor de instrumentos y auténtico arqueólogo del sonido, Cupeiro no solo toca música, revive civilizaciones con cada nota musical.

Con una colección de instrumentos únicos, algunos reconstruidos a partir de hallazgos arqueológicos, nos ofrece una experiencia sonora tan poderosa como difícil de olvidar. Suenan culturas, épocas y geografías. Su propuesta es una exploración sonora que reinterpreta el pasado para expandir los horizontes de la música contemporánea.

En este artículo te cuento la experiencia de asistir en directo a uno de sus conciertos, un encuentro inolvidable entre la tradición y lo sinfónico, lo antiguo y lo contemporáneo. Una noche especial en la que, por momentos, pareció posible viajar en el tiempo a través del sonido.

Abraham Cupeiro

Formación

Abraham Cupeiro no es un músico convencional. Se formó en el Conservatorio de Música de A Coruña, donde cursó estudios superiores de trompeta. Además, se ha especializado en la construcción de instrumentos antiguos, combinando formación académica con una profunda curiosidad por la historia del sonido.

Especialidad

Su gran pasión es rescatar y dar vida a instrumentos milenarios y poco comunes, muchos de ellos reconstruidos a partir de hallazgos arqueológicos o manuscritos antiguos. Desde la corna celta o el karnyx gaélico, una trompa guerrera de tres metros, hasta flautas de hueso, duduks armenios o el didyeridú australiano, Cupeiro no solo los estudia: los toca, los construye y los integra en contextos musicales contemporáneos. Su trabajo va más allá de la arqueología musical: propone un viaje sonoro que conecta culturas y épocas, acercando lo ancestral al presente.

Hitos relevantes

A lo largo de su carrera, ha logrado hitos notables que avalan su singular enfoque. Su participación en la banda sonora de Gladiator II, dirigida por Ridley Scott, es uno de los más destacados. Fue invitado a grabar con instrumentos históricos, aportando una autenticidad sonora muy poco común en producciones de este calibre. También ha colaborado con orquestas sinfónicas, explorando nuevas formas de diálogo entre lo tradicional y lo moderno.

Apariciones en televisión

Su labor divulgativa lo ha llevado a distintos programas de televisión, donde ha compartido su conocimiento con el gran público. Ha participado en espacios como La Aventura del Saber, Órbita Laika o La Revuelta, mostrando algunos de los instrumentos más raros del mundo y generando un gran interés por el patrimonio sonoro de la humanidad.

Álbum Pangea

Abraham Cupeiro grabó su álbum “Pangea” en Noviembre de 2019, en el legendario estudio Abbey Road de Londres, un lugar emblemático en la historia de la música, famoso por haber sido el epicentro creativo de artistas como The Beatles, Pink Floyd o John Williams. Este escenario, cargado de historia y excelencia técnica, fue el entorno perfecto para este ambicioso proyecto.

Para esta grabación, Cupeiro estuvo acompañado ni mas ni menos que por la prestigiosa Royal Philharmonic Orchestra, una de las orquestas más respetadas del mundo, formada por músicos de altísimo nivel.

La elección de grabar en Abbey Road no fue casual: el proyecto requería la mejor calidad sonora posible, tanto por la riqueza tímbrica de los instrumentos antiguos como por la complejidad de su combinación con una orquesta completa. El resultado es una obra de altísima fidelidad acústica, capaz de transportar al oyente desde los desiertos africanos hasta los bosques celtas, pasando por la China milenaria o las llanuras de América.

Unión Musical Santa Cecilia de Onda

La Asociación Musical Santa Cecilia de Onda, ha sido hoy el escenario de un concierto único protagonizado por Abraham Cupeiro. Acompañado en todo momento por la Banda Sinfónica de la UMSCO (Unión Musical Santa Cecilia de Onda), formada por más de 80 músicos de carrera de la provincia de Castellón. Uno de ellos, mi amigo Pepe.

En este entorno, Cupeiro ha brindado mucho más que una exhibición de virtuosismo. Ha ofrecido un viaje emocional a través del tiempo y del sonido, donde cada nota parecía surgir tanto de épocas remotas como de lo más profundo del alma humana. Un espectáculo sonoro de los que ponen los pelos de punta, inolvidable.

La primera voz que se alza no es la de ningún instrumento musical. Es la voz del propio Cupeiro, contando una historia que se remonta a 1910, cuando el meteorólogo alemán Alfred Wegener, al observar un atlas, se percató de que las siluetas de los continentes parecían encajar como piezas de un antiguo puzle olvidado. Así nació la teoría de la Pangea, que en griego significa “toda la tierra”. Aquel único continente primigenio que hace 300 millones de años reunía a todos los territorios bajo un mismo suelo.

Concierto Abraham Cupeiro Foto1

Desde esta evocación científica, Abraham Cupeiro propone una travesía sonora y emocional a través de los continentes, guiados por el aire que da vida a los instrumentos y por una idea poderosa: la música como vínculo de unión entre culturas y pueblos, como llamada urgente a reconectar con la tierra que habitamos y con los sonidos que nos definen.

La música comienza en Oceanía, donde Cupeiro nos conecta con las raíces más profundas del ser humano, con la tierra roja y el cielo inmenso de los pueblos aborígenes. Después, en un susurro transformado en melodía, la orquesta nos transporta hasta China, donde suena la serenidad de la antigua sabiduría oriental.

Desde Asia, cruzamos el Pacífico para sumergirnos en las Américas. En Norteamérica, Cupeiro saca a relucir instrumentos de viento indígenas que parecen invocar la voz de las praderas y los valles. En Sudamérica, el sonido nos sumerge en los Andes, donde cada nota parece brotar del mismísimo corazón de la montaña.

Luego nos transporta a África, con sus ritmos hipnóticos y profundas resonancias. Los instrumentos más humildes como las caracolas adquieren todo el protagonismo. En un instante, nos sentimos rodeados por la inmensidad del Sáhara y el murmullo del viento en los desiertos árabes del norte del continente, que cobran forma musical con melodías suspendidas en el aire como arena flotante.

El viaje continúa hacia Armenia, con sus lamentos contenidos y misticismo sonoro. Luego Bulgaria, donde la música se vuelve más rítmica y polifónica, con tintes rituales. Finalmente, llegamos a la costa atlántica europea (Irlanda, Bretaña y Escocia), donde suenan las gaitas que nos transportan a los acantilados que se asoman al bravo mar del Atlántico.

Concierto Abraham Cupeiro Foto1

El concierto alcanza su final con el estremecedor sonido del karnyx gaélico, una imponente trompa de guerra de más de tres metros, cuya voz ancestral anunciaba antiguamente el inicio de la batalla. Pero esta vez no es un llamado a las armas, sino una llamada urgente a la conciencia. Porque hoy, la única guerra que merece ser librada es la de salvar nuestro planeta.

Tras ese último suspiro musical, estalla una ovación larga y sentida. El director de la orquesta y Cupeiro se abrazan. El público, de pie, rendido ante el talento y la emoción. Con su humildad y simpatía, el gallego ha conquistado cada corazón presente. Y junto a él, los más de 80 músicos de la Banda Sinfónica de la UMSCO, impecables en su ejecución, han recibido su merecido reconocimiento.

Esta noche no solo ha sido un concierto. Ha sido una celebración de la vida, una defensa del planeta, y un recordatorio de que, mientras haya aire y música, todavía hay esperanza.

Despedida

Abraham Cupeiro y la Banda Sinfónica de la UMSCO nos han recordado que la innovación no siempre está en lo que viene, sino a veces en lo que dejamos atrás. Este concierto es una celebración de la memoria sonora del planeta, un canto a la diversidad, y una prueba de que la música sigue siendo el puente más poderoso entre los continentes.

Lo que hace especial esta experiencia no es solo la música: es la capacidad para sorprender, emocionar y enseñar. Cupeiro guía al público a través de cada instrumento con pasión, compartiendo su historia, su construcción y su alma. Así, lo que comienza como un concierto se convierte en un viaje sensorial y didáctico, accesible tanto para amantes de la música como para espíritus curiosos.

Si alguna vez tienes la oportunidad de verlo en directo, no la dejes pasar. Y si no, búscalo, escúchalo, descúbrelo. Ya sea en plataformas digitales o en su trabajo para Gladiator II, lo que Cupeiro ofrece es mucho más que música: es historia viva que suena, respira, y nos une.

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