El Neue Deutsche Härte (NDH) es un subgénero musical que surgió en la década de los 90 en Alemania. Combina elementos del rock, metal industrial, y música electrónica. Suenan guitarras pesadas, ritmos contundentes y sintetizadores, así como letras cantadas en alemán con una vocalización profunda y potente.
Pertenecen a este subgénero grupos como Die Krupps, Mono Inc, Unheilig, Megaherz, Maerzfeld, Eisbrecher o los mismísimos Rammstein.
Precisamente de estos últimos vengo a hablaros hoy en este articulo.
Asistir a un concierto de Rammstein en directo era uno de mis sueños desde hace muchos años.
En Octubre de 2023 me enteré que el grupo alemán venía el 11 de Junio de 2024 a Barcelona. El mismo día que salieron las entradas a la venta logré hacerme con la mía. A petición del propio grupo, entradas nominativas, que no permiten la reventa. Si no presentas el DNI, no entras. Un acierto del que deberían tomar buena nota otros grupos.
Día nublado y muy feo en Barcelona. Tenemos un trayecto de 30 Km en coche. Tal y como subimos al coche, empieza a llover.
Llegamos a Montjuic 3h antes del inicio del concierto. Esperaba ver gente vestida de negro con caras pintadas, pero me encuentro paraguas, muchos ponchos multicolores y bastante gente sin protección alguna, muy mojada a esas horas, en pantalón y camisa corta. Sigue lloviendo sin parar.
La entrada al Estadi Olimpic Lluis Companys es un auténtico descontrol. Mucha gente en busca de su puerta de acceso sin saber para donde ir. Una chica pregunta el ingles donde tiene que ir y el operario le contesta en un spaninglish que ella no entiende. Desesperada grita “are you kidding me?”. Nos toca rodear todo el estadio bajo la lluvia, hasta llegar a la cola de acceso de nuestra puerta, la número 2.
Hay una fila larga, sin ningún orden. Escucho a un alemán indignado afirmar en su idioma “spanische organisation”. Pasamos varios controles de seguridad. En el último nos dejan entrar con un paraguas tipo bastón de 1 metro de largo, pero nos hacen tirar una botella de agua y dos Coca-Colas a la basura. Todo muy lógico en estos controles de seguridad.
Finalmente accedemos a la grada donde tenemos el asiento. No para de llover.
Organizar cada concierto le cuesta a Rammstein la friolera de 4 millones de Euros. Con ese dinero cubren gastos logísticos de transportar 250 toneladas de material, pagan el sueldo de 265 personas que trabajan fijos en su plantilla, y se contrata a mas de 500 personas locales durante una semana. Durante un solo concierto queman mas de 1000 litros de combustible. Por estas razones se dice que el show de Rammstein es una experiencia única y difícil de superar.
Quedo atónito ante tal monstruosidad. 60 metros de ancho, 30 de profundidad y 40 de alto. Oculta focos, pantallas de vídeo, humo, llamas, chispas, cohetes, bengalas, cañones de fuego, fuegos artificiales y explosiones que se irán produciendo a lo largo del concierto. Alrededor del estadio, cuatro imponentes torres petrolíferas de 50 metros de altas con unos cañones de fuego que pasan desapercibidos y que calentaran a los asistentes con cada llamarada.
52.000 personas en un estadio bajo una lluvia que no cesará en todo el concierto. Pólvora, fuego, electricidad y agua. A priori, la receta perfecta para el desastre. Sin embargo, los fans aguantan bajo la lluvia gritando, bailando y sonriendo durante todo el concierto. Se palpa en el ambiente que todos somos conscientes de estar presenciando algo grandioso.
A las 21:05, se apagan las luces. Los integrantes de la banda bajan por un ascensor desde lo alto de la torre principal del escenario, mientras una música de fondo, mas propia de la monarquía inglesa que de una banda de metal industrial, va sonando de fondo.
Al llegar abajo se escucha una gran ovación mientras los miembros del grupo se acercan al centro del escenario y saludan al público.
Empiezan a sonar dos guitarras eléctricas y una contundente batería. Me impresiona la intensidad del volumen. Bestialmente alto, me atrevo a llamarlo insano. Siento como las células de mi cuerpo vibran 200 metros mas allá del escenario. Nunca había experimentado semejante barbaridad.
Aquello va tomando forma, explota la primera pirotécnica, y detrás del humo aparece Till, el cantante del grupo, entonando un contundente Ramm 4, con el que arranca el concierto.
La lluvia no cederá en ningún momento, la banda menos, y el público, pase lo que pase, entregado hasta el final.
La banda toca 21 temas en total, entre ellos, Links 2-3-4, Ich Will, Asche zu Asche, Keine Lust, Mein Herz Brennt, Deutschland o Sonne.
Cada canción es recibida con una oleada de euforia por parte de la multitud. La energía se contagia. La gente olvida la lluvia poco a poco y se centra en gritar, saltar y moverse al ritmo de los alemanes. La voz profunda y potente de Till resuena, envolviendonos a todos en una increíble experiencia auditiva y visual.
Es espectacular la interpretación del “Du Hast” y emocionante la reacción del público. La música se acompaña por un despliegue pirotécnico junto con el uso de las columnas de fuego al ritmo de la canción. La lluvia tampoco consigue apagar la pólvora de Rammstein en esta ocasión.
Durante la interpretación del contundente Mein Teil, aparece un teatrero Till en el escenario, vestido de chef, sujetando un micrófono en forma de cuchillo de carnicero. Mientras las guitarras eléctricas resuenan de fondo, Till cocina al tecladista Christian Lorenz, que esta dentro de un caldero gigante. Nadie lo puede negar, a Rammstein le encanta el fuego.
Una cámara se dedica a captar imágenes de los asistentes y mostrarlas por las pantallas gigantes. Varias fans, en un arranque de entusiasmo, optan por enseñar sus pechos a las pantallas, lo que provoca una oleada de ovaciones y aplausos del público. El momento mas hilarante llega cuando un muñeco Coco empapado y empuñado por un anónimo, aparece repetidas veces en pantalla, arrancando las carcajadas de los asistentes.
El concierto finaliza con el tema Adieu. A pesar de la lluvia, la gente logra encender las luces de sus teléfonos móviles, logrando una bonita panorámica.
Mientras las luces se van apagando, la ovación se hace cada vez mas intensa. Los miembros de la banda dan las gracias al público por aguantar estoicamente bajo una cortina de lluvia que no parado en las tres horas que ha durado el concierto.
Todos los miembros de la banda suben de nuevo al ascensor, elevándose hasta el cielo de Barcelona, dejando el escenario del mismo modo al que llegaron.
La gente sigue aplaudiendo, mientras empieza a salir completamente empapada del recinto. Yo me encuentro eufórico, tengo la certeza de haber asistido al mejor espectáculo en vivo de mi vida. Me prometo repetir, pero con el deseo que la próxima vez sea sin lluvia.
Varias personas me habían hablado sobre la intensidad de sus shows en vivo. Yo creía que estaba listo para la experiencia. Pero mis expectativas han quedado completamente eclipsadas. Ha sido una experiencia brutal que todavía resuena en mi interior.
Asistir a un concierto de Rammstein es una experiencia única que va más allá de simplemente escuchar música. Es un espectáculo multisensorial que combina música, teatro y pirotecnia de una manera que pocas bandas pueden igualar. La intensidad y la pasión que Rammstein pone en cada actuación es verdaderamente impresionante, y haber sido parte de esa experiencia es algo que nunca olvidaré.
Antes de morir, aunque no os guste esta música, asistid a un concierto de Rammstein, porque no existe en el mundo nada que se les acerque.
¡Ni la lluvia pudo con Rammstein en Barcelona!
Pulso la tecla ESC, dos puntos wq!
Use the share button below if you liked it.
There's not much you can do without a CPU.